Cuanto mayor es el tiempo que hemos dejado atrás, más irresistible es la voz que nos incita a volver. Esta sentencia puede parecer algo común, sin embargo es falsa. El ser humano envejece, el final se acerca, cada instante pasa a ser siempre más apreciado y ya no queda tiempo que perder con recuerdos. Hay que comprender la paradoja matemática de la nostalgia: ésta se manifiesta con más fuerza en la primera juventud, cuando el volumen de la vida pasada es todavía insignificante.
—“La Ignorancia” - Milan Kundera.
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