Es increíble… es como si supieras (aunque de verdad sí lo sabes, pero me sorprende que aun recuerdes) que es lo que me vuelve loco, lo que me mata. ¡Qué a gusto recordar cuando me presentaste ante tu familia antes de una discusión sobre ciudades y lugares del mundo! ¡Qué a gusto que mencionaras el detalle sobre esa plática cuando te preguntaron “¿Y a ti dónde te gustaría vivir?” y que tú te paraste, tomaste mis manos y dijiste “Con él”!
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