miércoles, 8 de diciembre de 2010
Un árbol llamado Ramiro.
Hace una semana mis compañeros de comunicación y yo, nos dirigimos a un rancho llamado "El Paraiso" a cortar un pina navideño que engalanara nuestro salón... Cortamos al pobre pino que se encontraba en una esquina del vivero... lo que nadie sabe es que yo me robe su alma, su principal esencia vital para que adorne la favela... nuestra favela... la que estamos construyendo entre todos. Dios, con razón el pobre Ramiro se está poniendo oscuro, secándose poco a poco, muriendo lentamente... pero eso no importa porque el verdadero Ramiro ahora proporciona oxígeneo a la favela!
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